En España persiste un mito muy extendido pensar que los trabajadores en situación irregular, conocidos comúnmente como “sin papeles”, carecen de derechos laborales. Esta creencia no solo es equivocada, sino que abre la puerta a abusos graves por parte de empleadores que se aprovechan de la vulnerabilidad de estas personas. La realidad es clara: un trabajador sin papeles tiene los mismos derechos laborales que cualquier otro trabajador.
La ley lo deja claro, La Ley Orgánica 4/2000 de Extranjería reconoce expresamente que la falta de autorización administrativa no impide el ejercicio de los derechos laborales básicos. A su vez, el Estatuto de los Trabajadores no diferencia entre empleados nacionales, extranjeros con permiso o personas en situación irregular. La norma se centra en el hecho de la prestación de servicios: si existe relación laboral, existen derechos.
Por tanto, aunque la relación con la Administración pueda derivar en sanciones para la empresa contratante o en procedimientos administrativos de extranjería, los derechos derivados de la prestación laboral permanecen intactos.
Que derechos laborales tienen los trabajadores sin papeles
Los tribunales españoles, incluido el Tribunal Supremo, han reiterado en numerosas ocasiones que la condición administrativa no elimina los derechos laborales fundamentales. Entre ellos destacan:
- Cobro de salarios y horas extraordinarias: todo lo trabajado debe pagarse, aunque el contrato sea verbal o no esté registrado.
- Indemnización por despido improcedente: un despido sin causa o mal fundamentado obliga a la empresa a abonar la indemnización legal correspondiente.
- Vacaciones y descansos: los trabajadores sin papeles tienen derecho a vacaciones retribuidas y a los descansos legales, como cualquier otro empleado.
- Protección frente a accidentes laborales: en caso de accidente, la cobertura y asistencia están garantizadas.
- Garantía de indemnidad: si un trabajador reclama sus derechos y es despedido por ello, ese despido puede declararse nulo.
En la realidad, que es lo que ocurre, pese a esta protección, muchos trabajadores en situación irregular no reclaman lo que les corresponde. El miedo a ser denunciados ante extranjería, la posibilidad de perder la única fuente de ingresos o la creencia de que “no tienen derechos” actúan como frenos. Esta realidad favorece que algunos empleadores utilicen la situación administrativa como herramienta de presión para imponer condiciones abusivas o evitar el pago de indemnizaciones.
Es necesario destacar que el ámbito laboral y el administrativo son independientes. La falta de papeles puede tener consecuencias en un procedimiento de extranjería, pero no elimina los derechos laborales ya adquiridos ni impide su reclamación judicial.
Mi opinión profesional, y desde mi experiencia como abogada laboralista y de extranjería, considero que es fundamental divulgar de forma clara que los trabajadores sin papeles SI tienen derechos laborales. La información es clave para reducir los abusos y para que las personas vulnerables se atrevan a reclamar lo que les corresponde.
La Administración y los tribunales cumplen un papel esencial, pero también es necesaria una labor de concienciación social. La dignidad del trabajo no puede depender de un permiso administrativo: debe ser reconocida y protegida en todos los casos.
Un trabajador sin papeles no es un trabajador sin derechos. Es, ante todo, un trabajador, y como tal debe ser protegido por la legislación laboral vigente. En materia de despidos, salarios o accidentes laborales, los derechos de estas personas son los mismos que los de cualquier otro empleado en España.

